Las oficinas y su mobiliario a través de la historia

No cabe duda de que la oficina ya no es lo que era. Ese espacio jerarquizado, con colores apagados, con una planta a modo decorativo relegada en una esquina y sin personalidad, ha pasado a mejor vida. El bienestar del trabajador es, hoy en día, uno de los ejes vertebradores cuando hablamos de crear zonas de trabajo y ambientes que fomenten el confort y la productividad de los empleados.

Pero ¿Cuándo comenzó el cambio? ¿Quién o qué determinó que esto sucediese? Lo cierto es que los grandes cambios no suceden sin un motivo aparente, suelen venir impulsados por una necesidad de adaptarse a nuevas situaciones, normalmente inesperadas, que cambian la forma de vida de las personas, la economía y, el mundo tal y como lo conocíamos.

Los espacios de trabajo se adaptan a la historia

La llegada de la industrialización trajo consigo los trabajos de oficina. Esta forma de trabajar, tal y como la conocemos, comenzó a tomar forma durante el S.XIX, época en la que se consideraba a los oficinistas parte de la élite de la sociedad (se requería el conocimiento oral y escrito del idioma, y una cierta especialización a niveles comerciales). Poco a poco, estos nuevos procesos comerciales necesitaron cada vez más labores administrativas que incluían un enfoque racional para gestionar las facturas, la contabilidad, etc. Entre 1860 y 1920 la administración y la burocracia ya se habían apoderado del mundo de los negocios.

Desde el comienzo de esta nueva forma de trabajo ha existido un debate sobre la mesa que ha hecho que las oficinas pasen por un proceso evolutivo acorde a las demandas y necesidades de los trabajadores.

1. El Taylorismo (ca. 1904): Frederick Taylor, ingeniero estadounidense, se había obsesionado con la eficiencia y la supervisión en el ámbito laboral. Su fijación por el tema consiguió que se le reconociese como a una de las primeras personas en diseñar unas oficinas. Taylor creó un espacio abierto en el que los trabajadores se sentaban en filas en dirección hacia las oficinas privadas donde se encontraban los jefes, con el fin de que estos pudiesen supervisar a los empleados en todo momento.
2. Bürolandschaft (ca. 1960): en la entonces Alemania Occidental, se empezó a replantear la configuración del sistema de trabajo, planteando nuevos espacios en la organización según objetivos y grupos de trabajo. De esta forma, a finales de los años 50, los hermanos Schnelle crearon el primer sistema planificado para la oficina. Su idea era eliminar las hileras de escritorios y diseñar espacios amplios, bien iluminados y dotados de servicios.
3. Las Action Office (1964): fue el primer sistema de oficinas con mobiliario modular, superficies de trabajo flexibles y con divisores bajos, pero su elevado coste hizo que, en un principio, fuese difícil de implementar. Así, en 1968, nació el modelo Action Office II, una versión más accesible económicamente que combinaba los paneles independientes e intercambiables con módulos de trabajo, facilitando la posible modificación del entorno laboral según lo requerían las necesidades. Este modelo sigue utilizándose hoy en día.
4. Las “Granjas de Cubículos” (ca. 1980): este modelo de oficinas nació en los años 80 y se basaba en la partición del espacio en cubículos. A medida que proliferaban los mandos intermedios, se creó una nueva clase de empleado, uno muy joven para tener un despacho con ventana y con demasiada importancia para tener una simple silla con escritorio. De esta manera, nació el mar de cubículos, una forma económica que los responsables de las instalaciones adoptaron, con el fin de crear espacios separados sin tener que reelaborar el espacio ya existente.
5. Open Spaces: es la vuelta al origen. Son oficinas cuyo diseño se basa en crear espacios de trabajo diáfanos y poco divididos, en el que los trabajadores tienen más posibilidades de tener contacto entre sí. Consiguiendo así un ambiente más colaborativo y un espacio más optimizado. Actualmente, este es uno de los modelos de oficinas más utilizados por las corporativas.

Los espacios de almacenaje en las oficinas

Cuando se habla de la evolución de las oficinas podemos entender que se trata de una transformación que afecta a todos los ámbitos de estos espacios; desde la forma de trabajar y relacionarse de los empleados, hasta el mobiliario que equipaba los espacios.

Uno de los muebles de oficina que ha sufrido cambios y adaptaciones, durante la historia son los armarios y las taquillas. No solo han adaptado su forma y diseño, también cambiaron de materiales, de espesor y de peso.

Presta atención, que te contamos un poco de historia.

Pero ¿qué son los muebles modulares?

Según el colegiado en derecho, Joaquín Aguirre Loustau (1959), “se basa en distintas piezas sueltas, constitutivas por sí mismas de los diversos servicios para la realización del trabajo, ajustables entre sí, y cuya conjunción entre ellos, en variadas posiciones, los hace útiles para formar puestos de trabajo de distintas características y naturaleza, ahorrando espacio físico a la par que amplían la superficie de trabajo en proporción mayor que la que representaría la suma total de sus respectivas superficies.

En el caso del mobiliario de almacenamiento, encontramos las taquillas modulares, estas taquillas se venden al puro estilo IKEA, un kit preparado en una caja, en la cual el cliente encontrará todo lo necesario para montar su taquilla y colocarla en el lugar adecuado. Estas, en su mayoría son fabricadas en materiales metálicos como el acero.

Tal vez sea por ahorro de tiempo, pero por lo general nuestros clientes prefieren que el envío de las taquillas se realice una vez ya están montadas, lo que les facilita el trabajo, les permite el ahorro tiempo y evita posibles errores a la hora del montaje.

En cuanto a armarios y taquillas ya montadas se refiere, encontramos que existen una variedad de materiales mucho más amplio, como el fenólico, la melamina, el PVC, etc.

Con el comienzo de la industrialización, y la creación de los puestos de trabajo de oficinistas y jefes que requerían de un despacho, comenzaron a necesitar espacios seguros y organizados en los que almacenar objetos y documentos propios del negocio. De esta manera surgieron los armarios y las primeras taquillas destinados al sector de las oficinas.

Pero, poco a poco, estas taquillas y armarios fueron evolucionando a materiales más ligeros, económicos y sencillos para su fabricación en serie.

Pero su evolución no solo se basa en el cambio de materiales, la verdadera revolución de las taquillas vino de la mano de la digitalización, el internet y el auge de las compras online. Todos estos factores hicieron que el sector se tuviese que adaptar rápidamente a una creciente demanda que tenían los consumidores de ecommerce, surgiendo así las taquillas inteligentes y las taquillas electrónicas.

Los materiales en el mobiliario de oficina